“Antes los niños tenían miedo del bosque, donde moraban los lobos y las brujas malvadas, mientras se sentían a salvo en la ciudad. Pero ahora las cosas se han invertido por que la ciudad se ha vuelto hostil: gris, agresiva, peligrosa, monstruosa”Norberto Bobbio
Con este texto comienza una reflexión para elaborar el taller que tuvo lugar el 11 de noviembre en Ontinyent. Encajes urbanos y La Dula estuvieron reflexionando junto a los niños y niñas sobre sus recorridos cotidianos para visibilizar la importancia de la autonomía de la infancia en el espacio público.
A través de un mural colectivo de recorridos cotidianos se rescató la experiencia de la infancia en relación al espacio público: ¿Qué hacen?, ¿Dónde van?, ¿Cuáles son sus deseos y necesidades?, se detectaron las potencialidades del espacio, se visibilizaron lugares en positivo y negativo y se reflexionó sobre la movilidad urbana de los/las niños /as y las posibles soluciones para aumentar su autonomía en el espacio público.
Con todo ello pretendemos que el poder del coche que ha invadido el espacio público y ha pervertido la relación entre la ciudadanía y la ciudad recupere el espacio público para que los niños y las niñas vuelvan a jugar en la calle, en las plazas, ir solos a la escuela, convivir con niños y niñas de otros barrios, compartir las plazas con los ancianos y en definitiva hacer una ciudad amable y habitable para todas las personas que las habitamos.
Os dejamos el link del cuento impulsado por el Ministerio de medio ambiente que dio soporte a este taller: Caperucita camina sola.